Cuantas cosas pasan por la cabeza de un hombre o de una mujer cuando siente que de golpe puede volver a sentir el afecto, el cariño, los mimos de alguien.
El miedo a fracasar de nuevo, probablemente instigados por fracasos anteriores, hacen que se paralice el deseo de ver a esa persona, o bien poner distancia porque se piensa que así puede evitarse un nuevo fracaso.
Es verdad, se siente miedo , pero que maravilloso es volver a sentir que el corazón palpita al leer o escuchar la voz de esa nueva persona que se cruza en el camino de uno.
Pero de nuevo el miedo hace que seas como las olas que van y vienen, sin siquiera saber si se estrellarán contra las piedras o simplemente acariciarán la arena en la orilla.
Cuantas cosas pasan por la cabeza de quien no puede asumir que es necesitado por alguien, que no cree aún en ese "Te quiero" de "otra" mujer/hombre que de la nada se metió en su alma.
Miedo a no ser correspondido, miedo a no ser lo que uno pensó, miedo a no saber como volver a enfrentar una relación, cuando ya uno se había acostumbrado a estar solo, cómodo,sin ataduras de ningún tipo.... ¿Seguro que no había ataduras?. Yo creo que sí... La atadura del miedo a vivir plenamente, a escuchar palabras de amor, a dedicarle un te quiero , te extraño, te necesito a otro que " no es el mismo ser humano del fracaso anterior".
Y así, con miedos, vamos caminando solos, creyendo que es mejor estar en soledad, que es preferible darle de comer a los gorriones en forma solitaria a estar acompañado. Que es preferible no desear conocer los gustos del otro por temor a que nos pidan que cambiemos los nuestros, pensar que por estar a gusto con alguien significa modificar nuestra esencia, creer que porque nos quieren de nuevo (de otra forma, de otra manera a lo acostumbrado a lo que fué "el del fracaso") implica renunciar a la libertad.
Y así con miedos, con distancias, con "no demostrar" es como se enfría de a poco el corazón hasta convertirse en piedra. Convencidos que el otro estará para cuando nosotros decidamos "no tener más miedo".
Cuantas oportunidades perdemos por escapar de nosotros mismos, de nuestros sentimientos, por no querer enfrentar la verdad y poner en nuestros ojos una venda para no mirar en realidad lo que sucede en nuestra vida.
Y así... muy despacio avanzamos...¿Avanzamos?, ¿se acrecienta el deseo, la pasión, las ansias con la distancia?. En mí no, en mí se enfría, se entumece, y comienza a agonizar mi necesidad de querer oír al menos a la persona que el destino me cruzó por azar.
Mis oídos están hambrientos de querer escuchar palabras de amor, de cariño, de afecto.
Mi ojos están ansiosos de querer ver letras, ojos, labios, manos de quien "por azar" se metió en algún pliegue de mi sábana, la cuál ya se encuentra vacía y sin ese duende mágico de la atracción.
La distancia y no la física , sino la distancia emocional, hace que al menos en mí se construya una muralla. Muralla que nuevamente con coraje había tratado de tirar.
Pero en fin... Una vez me dijeron (y debo reconocer que era así nomás):
_Sil, así está escrito el libreto_ y era verdad, así estaba escrito
Silrita
1 comentario:
No me canso de leerte y escucucharte.
hemosos trabajos Sil
Pablo
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