
Hoy hablé con un ángel, ese ángel tenía la voz más dulce que jamás escuché. Me dijo muchas cosas, reía conmigo y se emocionaba al escuchar mis palabras de elogio.
Hoy hablé con un ángel, me dijo que había mucha pobreza en el mundo y es verdad, pero a medida que escuchaba a ese ángel me di cuenta que había también mucha más riqueza de la que podemos ver.
Hoy hablé con un ángel, un ángel que se ruborizaba por mis palabras hacia su esencia, su persona.
Si alguien le puede hacer llegar estas palabras a Sor Cecilia (mi ángel, nuestro ángel) por favor haganlo.
Su voz cálida hacía que mi espíritu danzara pero a la vez mantenía la serenidad de saber que estaba en buenas manos.
La risa del ángel es tierna, es una risa contagiosa e inocente, la risa del ángel irradia brillantitos de colores.
Hoy hablé con un ángel y me dijo que me daba su bendición al culminar el diálogo y cuando me dijo esto, sentí que sobre mi cabeza giraban muchas estrellitas doradas, flores pequeñitas de colores, mariposas que daban vueltas sobre maravillosas cintas coloridas.
Hoy hablé con un ángel.
Sor Cecilia lo es.
