CARTA A MIS AMIGAS

Querida Amiga: 15 de septiembre del 2008

Esta carta no es de despedida, sino de agradecimiento. Hay muchas cosas que deseo agradecer a la vida; Mis hijos, mi familia, el amor por mis padres y las amistades que he ido sembrando en el transcurso de mi vida.
Justamente entre ellas estás vos. Me diste tantas cosas que jamás podrás saber que importancia tuvo en mí tu “mano extendida”. Cuando uno a determinada edad “Vuelve a empezar” todo aquello que se nos brinda con el alma, como ser un abrazo, un beso, una palabra de aliento, una risa, un chau, un hola; es como que todo, absolutamente todo brilla a tu alrededor, por más que sepas que hay otras realidades que hacen que tus ojos lloren.
No es una carta de despedida, al contrario, es una carta de reencuentro. Reencuentro de dos seres humanos que por cosas del destino quiso que se encontraran.
Nunca pienses que no puedes lograr tus objetivos, por más que estos parecieran inalcanzables, porque una vez leí que “Mil millas comienzan con el primer paso que das”, no bajes los brazos por más que ellos duelan de tenerlos en alto.
Eso hice yo muchas veces, así me doliera el cuerpo, el alma, la mente.Mis piernas seguían avanzando y es así como de a poco recorrí muchos kilómetros, más allá de la tristeza de estar lejos de los míos.
Nunca creí en la distancia de los corazones. El amor, así sea de un hombre, como de tus hijos y seres amados siempre está dentro de uno, así que no hay kilometraje que haga que sufras. Extrañas el cuerpo, el abrazo, el contacto, la voz, pero el alma sigue unida por ese amor especial: el respeto, el cariño, los recuerdos de las risas y las lágrimas por las tristezas compartidas.
Me diste en esta estadía, en esta estación de mi vida un hermoso regalo de amistad, comprensión, y un respiro en muchas ocasiones de esa “Mano tendida” con el solo hecho de aceptarme.
Siempre estaremos unidas por el recuerdo, y quien dice que haya otra oportunidad de reencuentro. Dios está presente, él jamás nos abandona, y solo él sabe si estaremos de nuevo compartiendo momentos, instantes de esta maravillosa relación de compañerismo que se nos presentó en esta etapa ya adulta de nuestras vidas.
Deseo de corazón que Dios y la Virgen proteja por siempre tu hogar. Y deseo que jamás deje de brillar la estrella de la esperanza en tu corazón.
Te quiero y siempre te tendré en mis más preciado tesoro de aquello que considero lo más valioso en la vida:La amistad, la lealtad, el respeto, la mano tendida, la confianza, el valor, y fundamentalmente las ansias de crecer día a día para ser mejores seres humanos y darles así a nuestros hijos un mundo que ellos merecen tener.


Esta carta fue escrita por mí a cada una de mis grandes amigas de México al despedirme de su tierra.
Hoy las sigo teniendo tal cuál como lo digo, la posteo para que la puedan tener siempre con ellas. Y porque además son en definitiva LETRAS DE MI ALMA
Bertha, Patricia, Sandra, Chayo, Julieta, Rosa, Any, Rosario, Brenda. A todas, y a muchas que me ofrecieron el corazón "GRACIAS"

Silrita