TÉ DE CANELA

(subir el audio para escuchar la melodía)

El sabor de los diferentes té son los que provocan distintas emociones. El té de frutilla, de canela, de limón ect, todos dejan en el la boca un sabor dulzón y actuan como un suave nectar para el paladar.
Ella se sentó en su mesa y decidió esta vez que un té de canela sería perfecto para poder notar que su autoestima se elevaría aún más que de por sí ya tenía, autoestima creado por un amor en abstracto.
Puso el sobre en la taza, virtió el agua hervida en ella y solo esperó que su inspiración comenzara a nacer de su interior.
Recorrió palabras dichas por su gran amor y frenó repentinamente en una frase:
_ "Todo lo mio, es tuyo"_ le había dicho él
Quiso tomar el teléfono y decirle:
_ No, no deseo que lo tuyo sea mio, pués de ser así ya nada te pertenecería, y me enamoré justamente de lo que está en tu interior, de pasar a ser mio ya no estarías siendo tú_
Pero se detuvo, pensó que no era momento ni horario apropiado para aclararle eso.
Puso nuevamente la melodía que tanto ama y recorrió de nuevo sus palabras dichas esa tarde.
Muchas veces creyó que la mentira entraba en su vida, otras dejó que su alma "creyera que eran verdad esas mentiras", porque eran en definitiva las que la hacían felíz.
¿Que podría decirle además que no deseaba nada de él solo su existir?. De sacarle algo, ya él no estaría entero y el amor que ella sentía por él estaría incompleto. De sacarle sus cosas y tomar su propuesta de que "fuera lo de él todo de ella", ya no habría en ese hombre eso que tanto la enamoró; sus palabras, sus risas, su llanto, sus emociones contenidas, su mirada, su serenidad mezclada con soledad por momentos.
Ella amaba las "musas inventadas" por él , porque gracias a esas musas inventadas hacían que pudiera sacar de su interior las más increibles palabras de amor.
Tomó un sorbo de su té de canela, miró la pared, observó la hora y sin pesteñeo alguno apagó la melodía, secó las lágrimas que rodaron por sus mejillas y se acostó.
Nuevamente "las musas inventadas", "Lo mio es tuyo", revoloteó en su mente, y así despacio logró descansar bajo la dulce mirada de su amor abstracto, incierto, lejano; creyendo que si dormía quizá al otro día sabría algo de ese hombre que como todo lo abstacto, supo abstraer de su alma lo mejor de ella.

Silrita