NO EXISTEN LOS MONSTRUOS HIJA

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No existen los monstruos hija, ni las caras de payasos asustan. La oscuridad no es más que aquella luz que no quieres o no puedes prender en tu mente.
No existen los fantasmas, no existe nada que te quiera dañar. Solo hay amor a tu alrededor hija, solo debés despertar.
Tus manos y pies ya están desatados, puedes moverlos y hacer con ellos grandes giros, rodéandote de bellos colores y hermosas melodías.
No existen los monstruos hija de mi vida, no existen las caras de payasos los cuales te asustan.
Abrázame, no pegues, solo abrázame y verás que hermoso es el sentir el calor de mis brazos rodeando los tuyos. No corras, no des golpes.
Corriendo por los pasillos del nosocomio no sé como logro alcanzarte, pero mis brazos se estiran para tomarte y decirte que no temas. Mis piernas adquieren velocidad y fortaleza para poder así protegerte de ti misma incluso. No corras ya hija, no des más golpes.
Mis lágrimas brotaron del alma al verte dormir pensando que ya no despertarías y si lo hacías como y de que forma. No corras Hija, mis brazos quieren darte calor.
Mirame a los ojos , ¿me ves?, mírame y verás que soy mamá, no te pierdas , buscate en tu interior y verás todo el amor que hay dentro tuyo que se fue sembrando desde siempre.
No corras hija, tómame la mano y verás un mundo real, mucho más colorido que el que tu mente vió hasta hace unos días. Ten fuerza hija, ten fuerza... Yo estaré para tomarte de la mano siempre.
Ayúdame a que pueda ayudarte, no hagas que deba dejarte en manos de médicos y que me aparten de tu lado, ayúdame hija a que pueda estar presente a tu despertar.
Hoy despertaste, ya puedes verme, mis brazos te rodean, mis besos te dan ternura, tu cabeza se apoya en mí, y de a poco vuelves a caminar.
Hoy hija de mi vida, también yo vuelvo a ver la luz de la esperanza nuevamente.

Mamá
(Silrita)